Tiempos Difíciles
Sin ánimo de exagerar, o si, nunca se sabe, ha habido días
de verano, días de anticiclón, primaverales mañanas y noches de luna llena en
que hay más gente que piedras allí.
Y mira que hay piedras, canchales, granito a dos manos,
granito a cuatro pies.
Me refiero a la cima de La Mali
La Maliciosa , majestuosa y alpina , en la Sierra de Guadarrama de Madrid
2.227 metros de altura y no me preguntéis como, pero llegan en manadas,
escuchando la llamada de la cumbre.
Variopintos personajes convergen allí, unos se sientan en
actitud contemplativa, otros devoran bocadillos a una velocidad que mil metros más
abajo sería imposible de superar.
Todos se quieren hacer una foto en el vértice, todos giran
sobre sí mismos para otear el horizonte
Y a ninguno de ellos critico, porque Yo soy el primero en hacerlo,
mas de una y más de setecientas veces, sudores y dolor mediante.
La crítica no es el alma de este escrito.
El tenor es otro
¿Que pasa allí arriba cuando llueven perros y gatos?
¿Que sucede allí en cumbre cuando desde abajo se intuye
fiera e inexpugnable su altura?
Cuando se imagina la nevada
Cuando se presagia el vendaval
Negatividad hecha pensamiento , temperaturas incluidas
¿Existe entonces la cumbre?
¿Permanece intacto y quieto su vértice?
A veces pienso que si, entonces imagino lo incompatible con la vida que debe ser
permanecer allí
Y otras veces, las mas de ellas, pienso que no
Que la cumbre se convierte en algo imaginario, algo soñado,
algo que no puede ser real, algo que debe ser definitivamente irreal
¿Quiénes moran en sus territorios entonces?
¿Cabras que desconocedoras del miedo y del frio hibernan
hasta tiempos mejores?
¿Himalayistas, polacos rudos, rudos rusos, redundancia hecha
gentilicio?
Gente inexplicable de valor insensato ó gente real de sensata cobardía
O quizás no pasa nada, absolutamente Nada
Una Nada que sin embargo lo es Todo