Por cosas del destino y la orografía , el pueblo donde ahora vivo , tiene un Montaña , llámalo Montaña , llámalo Pico , llámalo Cerro ,
Le llaman San Pedro .
A 1.425 metros sobre el nivel del mar , a 479 si es desde
aquel mar llamado Madrid .
La caseta de los peones
camineros marca la salida desde donde salvamos casi 400 metros de desnivel . Una prueba de esfuerzo en toda la regla , quince , dieciséis
, diecisiete minutos y medio . En ese
tiempo , lo mas sonoro que escucharas serán tus jadeos , tus palpitaciones y a
lo sumo , el lamento de tus compañeros de batalla si es que se han atrevido a
entrar en ella .
Salir tocando la tapia , pisar los cardos , las boñigas , iniciales escalones . Catar los primeros sabores a sangre en la boca mientras
esta , a borbotones , inunda todo tu cuerpo llegando con dificultad
a todo aquello que no lo necesite .
Aparece de pronto la primera rampa , la primera de verdad ,
el resto han sido simples agrupaciones curiosas de roca que harían perder el equilibrio a mas de un
recién llegado . Adoptas entonces una postura que quieres a todas luces evitar
, por mantener un decoro que poco interesa a estas alturas .
Cuadrúpedo accionar .
Saltas la primera tapia , siete minutos muy deprisa , ocho ,
muy despacio . Así medimos , juzgamos y evaluamos el tiempo los “Verticaleros” .
Un mínimo remanso de tranquilidad , asoma a mitad del camino
y te permite creer que vuelas , donde apenas te arrastras .
Un segundo salto de tapia después levantas la vista hacia un
horizonte empeñado en no serlo y como
casi siempre , una falsa cima te hace creer en la verdadera .
No hay milagros aquí , no hay rezos al santo posible , si no
estas a la altura , los segundos o peor
aún, los minutos , te caerán como
pesadas losas de granito .
Vuelves a arrastrarte , encorvas la armadura , echas mano
hasta del aire que no posees e intentas no desfallecer . Aquella batalla casi
siempre inútil , casi siempre perdida de
antemano contra el reloj parece llegar a su fin .
Y de cincuenta días malos , sale uno bueno y con ese te quedas para intentar los cincuenta siguientes .
Y de cincuenta días malos , sale uno bueno y con ese te quedas para intentar los cincuenta siguientes .
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Mitica subida allá por el año 2003 |