lunes, 30 de enero de 2012

El Col

    No recuerdo desde cuando me empezó a interesar el ciclismo , de pequeño fui bastante torpe al respecto , caminé con casi 3 años , aprendí a montar en bicicleta muy tarde y siempre a la zaga de mi hermano . Luego es verdad que me he desquitado , como si ahora todo fuese recuperar el tiempo perdido.

    Supongo que Hinault , Lemond y Fignon fueron mis primeras referencias , tres tipos "simpáticos" estos . Luego llegó Perico , Indurain y asi como una vorágine todos hasta los tiempos de Contador .

    La pancarta del comienzo de la ascensión , estaba ladeada y medio derruida , no pude mirar cuan largo era este "puerto". Me habían comentado que por estas carreteras había  uno casi infinito y nunca infinito que superaba cualquiera de los Alpes , Pirineos o Dolomitas juntos . Cada uno le bautizaba como soñaba , yo simplemente le llamé El Col .

    Los primeros kilómetros transcurrieron apacibles , incluso diría que había tramos de bajada , me preguntaba ¿cuando comenzaría la verdadera ascensión? . Tenía una bici nueva pero antigua , sin cambios , ruedas anchas y si miraba detenidamente podría decirse incluso que llevaba ruedines .

    Llevaría unos 20 kilómetros cuando la pendiente comenzó a hacerse notar . En un pequeño recodo había cambiado de bicicleta , esta ya tenía varias velocidades , me habían dicho los expertos que me serían de utilidad . En medio del esfuerzo leí , kilómetro 21 , para ese entonces ya rodaba rodeado de otros ciclistas , variopinta pintaba la cosa , intentaban seguir mi rueda pero intuyo que cada uno quería hacer su propia carrera . Unos pocos y unos cuantos  permanecieron a mi lado mas tiempo del requerido , otros ,  muchas veces menos del deseado . 

    En el kilómetro 31 , apareció una figura de mujer , no siempre los ciclistas tienen que ser hombres o al menos no , a Dios gracias en este puerto . Hicimos un pacto para no gastar energías , quedaba mucha subida , nos prometimos tirar uno del otro cuando flaqueasen nuestras fuerzas y así lo hicimos . Rodábamos firme , seguro y a buen ritmo , surgían repechos salvajes acompañados de vistas extraordinarias ,  un par de revoltosas revueltas hicieron de este tramo uno para recordar toda la vida .Cada curva fué un evento y sin embargo no hubo ataques , doce kilómetros llenos de las rítmicas y alegres pedaladas que nos habíamos prometido  . En una de tantas curvas dejamos de vernos , no dio casi tiempo a despedirnos .

    Transcurría el kilómetro 43 cuando alcancé entonces la zona mas cruel de este Col , conocí auténticos "chuparruedas" , canallas del camino , que imploraban ayuda sin ofrecer nada a cambio , te prometían ayudas , relevos , "la etapa para Tí , la general para mi" , tres kilómetros muy duros que quisiera olvidar y que mermaron mis fuerzas de tal manera que pensé por momentos jamás recuperaría ,

    Pero todos los baches , pinchazos y  puntos negros se superan , es lo que te da la experiencia . Mantener la calma , bajar el ritmo , tomar aires nuevos y reanudar la ascensión .

    La nieve se empezaba a acumular en los bordes del camino , imaginé entonces cientos , miles de cumbres nevadas al coronar , era el kilómetro 46  , tarareaba un estribillo que me resulto entonces extrañamente familiar , me parecía haberlo escuchado toda la vida , "se hace dura la subida al caminar" , era el "Todo a Pulmón" de un ciclista granadino y que me hacía mas llevadera esta zona del camino.

    Intentaba preguntar sin éxito entre la niebla que ya me acompañaba , cuántos kilómetros faltarían para coronar la cima , pero la gente en la calzada , los ciclistas , los labriegos y todo aquello que parecía estar vivo entre estas montañas parecían no tener la respuesta , iban cada uno a lo suyo siendo complices de poco o nada .

    De los siguientes kilómetros tengo vívidos recuerdos ,  varias "grupetas" de cicloturistas de escasa forma física compensada con una asombrosa animosidad , que gritaron a mi paso todo aquello que le alegra la vida a un ser humano , vayas en bicicleta o no . También aquella esbelta pero rocosa figura que me recordó tanto a Stephen Roche y que me acompañó en una zona en la que curiosamente lució el Sol ó aquel ciclista con el maillot abierto y ya sin dorsal , que bajaba a "tumba abierta" y que en ese breve instante en que nos cruzamos , me hizo un guiño que comprendió mil recuerdos . Tuve la fortuna de tener la mejor de las compañías en este punto del camino y aunque duro , este kilometro 48 fué inolvidable , en la medida que alcanzamos tanta  altura casi todo se vuelve memorable .

    Veo a lo lejos la pancarta del kilómetro cuarenta y nueve ,  de nuevo me vuelvo a preguntar ....

    ....¿faltará mucho?





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