lunes, 26 de diciembre de 2011

1,95

 


    Eso es lo que vale mi felicidad muchos días al despertar . Un café , un par de tostadas y un periodico .

    Al despuntar de muchos albas , podría añorarse la calidez de un cuerpo amable , una sonrisa y la caricia a "destiempo" , la alegría de sentirse necesitado y necesario , pero esto no siempre ocurre y cuando lo hace , es como si te tocase "El Gordo" de la Navidad , aunque sea en noviembre y deseas que te dure toda la vida ...

    La tranquilidad de un café es siempre absoluta .

    No despierto hasta cubierto este ritual ,

    En un alarde de osadía , rompo a veces esos rituales y  puedo incluso cambiar el sabor de la mermelada

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